Categoría: Editorial

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Hola, lector anónimo:

 

Aprovecho esta mi primera publicación en el blog para agradecerte que te hayas tomado la molestia de entrar aquí a leer mis reflexiones, y para explicarte un poco cuál es la razón de ser de este humilde y modesto diario de a bordo. Ahora que casi he terminado de cruzar mi particular Rubicón, habiéndome lanzado a ejercer la abogacía por cuenta propia con la consiguiente mezcla de ilusión, excitación y vértigo, creo que puedo hacer uso de mi «inercia emprendedora» para embarcarme en otro viejo proyecto, que era abrir mi propio blog.

 

La primera aclaración que debo realizar es que, pese a que este blog se halla inserto en mi página web corporativa, no debe entenderse como un blog corporativo al uso. Para entendernos, todas las opiniones, afirmaciones y manifestaciones que vierta aquí serán imputables a Luis Sánchez del Rosal, persona física, ciudadano y jurista, pero no tienen por qué expresar la posición oficial -digámoslo así- de Sánchez del Rosal Abogados. El lector no encontrará aquí una colección de «notas de prensa» del despacho, sino un batiburrillo de informaciones y hechos noticiosos de los que he tenido conocimiento en el ejercicio de la abogacía, así como un sinfín de reflexiones casino e ideas sobre variadas cuestiones que en algún momento se me han pasado por la cabeza. Y en ocasiones me expresaré con cierta falta de «corrección política», cosa que quizás a alguien le resulte chocante por los posibles costes que podría sufrir en términos de imagen, pero es un lujo que voy a permitirme; siempre he pensado que la peor censura es la autocensura, por lo que intentaré reducir esta última a la mínima expresión.

 

Indudablemente, quien acceda a los artículos que vaya publicando aquí en la búsqueda de un análisis técnico-jurídico de una determinada norma legal recién aprobada o esperando encontrar una completa crítica doctrinal de alguna novedosa sentencia, a menudo quedará profundamente defraudado. Mi intención al iniciar este blog no es esa, prefiero dejar las disquisiciones más sesudas a otros colegas juristas más doctos -y sin duda, en numerosas ocasiones, también más versados en esas materias que yo- limitándome a realizar reflexiones más «de andar por casa». En este sentido, soy sincero cuando afirmo que me produciría mayor satisfacción lograr con un artículo que un profano en leyes conozca -por poner un ejemplo- los pasos básicos que debe seguir para tramitar una herencia, antes que recibir la felicitación de otro jurista por realizar observaciones muy agudas sobre -también se trata de un mero ejemplo- la última modificación de la Ley Concursal. No obstante, pido disculpas por anticipado a aquellos lectores ocasionales que pudieran sufrir una decepción, pero no quiero tomarme este blog como un trabajo, sino como una suerte de altavoz con el que pueda contar al mundo lo que me apetezca sobre cualquier tema que se me ocurra.

 

Me gustaría publicar varias entradas semanales en esta sección, mas siendo realista me doy cuenta de que la dinámica diaria de mi profesión va a dificultar que le dedique a esta bitácora todo el tiempo que quisiera. Por ello, me autoimpondré la disciplina de publicar un mínimo de un artículo mensual, periodicidad que es poco ambiciosa pero factible de cumplir.

 

Quiero finalizar mi primera intervención con un ruego dirigido a ti, lector. Te pido por favor que te sientas libre para comentar, corregir, desmentir, desmontar y criticar todas y cada una de las afirmaciones u opiniones que publique aquí. Pienso que el debate es siempre enriquecedor, y enaltece intelectualmente a los que lo practican, por lo que nada me haría más feliz que lograr que este blog me sirva para intercambiar ideas con otras personas, sean o no juristas.

 

Sin más, me despido con un ¡hasta pronto!

 

Luis Sánchez del Rosal

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